
Cuando un joven Miquel A. Torres volvió de Dijon de estudiar enología, con la cabeza llena de conocimientos, ilusiones e ideas, se encontró con un patriarca, su padre, poco dispuesto a aportar demasiados cambios a lo que él había reconstruido después de la destrucción de la bodega en 1939. De la insistencia y los conocimientos del joven Miquel A. surgirán vinos reconocidos mundialmente como Viña Sol, después de fermentar en frío una parellada en el garaje que tenían en Pontons, o, el que podemos llamar en “vino de la rebeldía”, Mas La Plana, que le costó 9 años de convencer a su padre de que en el Penedès se podía hacer un gran cabernet sauvignon.
Pero lo que sorprendería a Miquel A. sería que fuera su propio padre que le sugiriera plantar riesling, la variedad alemana para crear un vino como homenaje a su esposa, Waltraud Maczassek. Estamos hablando del año 1974, hace justo 50 años, que las primeras cepas de esta variedad fueron plantadas, inicialmente en el Penedès central, en la misma finca de Mas La Plana. No sería hasta una década más tarde, que la plantación de riesling fue trasplantada en la finca Fransola, a 550 metros de altura en el Alt Penedès para aprovechar la diferencia térmica entre día y noche así como estacional, mucho más adecuada para el desarrollo de la propia variedad y conseguir así su máxima expresión aromática.
Era la primera vez que se plantaba riesling en el estado, convirtiendo el vino Waltraud, aparecido a finales de la década de los 70 como el primero de esta variedad.
La variedad de vino blanco riesling
El riesling es considerada una de las variedades de vino blanco más importantes del mundo, aromático, fresco y con frecuencia atrapado entre la pureza de sus iteraciones alemanas y la complejidad de sus homólogos alsacianos. Sin embargo, existente en todo el mundo en una variedad de estilos, desde seco hasta dulces, a menudo supera los pronunciamientos sencillos a todos los niveles. Muy valorada por los críticos de vinos, pero no tan conocida por el consumidor, el riesling es una uva aromática y de piel clara de origen alemán que también es responsable de algunos de los vinos blancos más prestigiosos y más longevos de Alemania. El riesling se elabora en una variedad de estilos, pero generalmente produce vinos blancos cristalinos y aromáticos con notas de cítricos, cera y lanolina, con un cuerpo ligero a medio y mucha acidez fresca.
Aunque está ampliamente asociado con los vinos de Mosel y Alsacia, el Riesling está plantado en todo el mundo y se ha establecido en el estado de Washington en Estados Unidos, y Clare Valley en Australia, Chile y el Penedés.
Los vinos jóvenes de riesling secos tienden a ser de color muy claro, en ocasiones con ligeros toques dorados, dependiendo de la región y de la elaboración del vino. Los estilos más dulces tienden a ser considerablemente más dorados.
El aroma de los vinos riesling
Lo más característico es el aroma del riesling, debido principalmente a sus altos niveles de terpenos (como es el caso del MOSCATEL, por ejemplo). El riesling en nariz puede ir desde cítricos (se observa con frecuencia limón y/o limones), cera de velas, flor blanca y lana de oveja/lanolina hasta notas de miel, a veces musco y aromas especiados. Los riesling envejecidos, y los riesling más jóvenes cultivados en climas más cálidos, también pueden mostrar un aroma similar a la gasolina, a menudo descrita como queroseno. Esto se debe a un compuesto conocido como TDN que se desarrolla con el tiempo en riesling envejecidos y que se nota cada vez más en vinos más jóvenes, de clima cálido.
En boca, el riesling tiene un cuerpo medio a ligero con niveles de alcohol relativamente bajos y una alta acidez. Pero el envejecimiento equilibra estos atributos y hacen de los vinos de riesling vinos con mucha complejidad.
Rápidamente, la popularidad del riesling Waltraud creó una clientela fiel, incluso entre la exigente colonia alemana instalada en nuestro país, destacando su calidad y autenticidad. En el vino de la añada, se aprecia su parte fresca, floral (flores de almendro) y cítrica, pero su magia la encontramos cuando podemos degustar añadas antiguas, que guardamos en nuestras cavas y normalmente reservadas para alta restauración o bien catas y eventos muy especiales y emblemáticos.
Este año, para poder celebrar estos 50 años de su plantación, se ha dado acceso a las añadas 2016 y 2012 a un precio especial, ambas espectaculares en su evolución, para que los aficionados y también a los curiosos puedan disfrutar del que el paso del tiempo aporta a esa variedad.
¡No se las pierdan!